miércoles, 5 de septiembre de 2007

centralismo






Se entiende por c. el sistema de gobierno que polariza y hace depender la vida político-administrativa de un centro de poder y decisión, dotado de facultades muy extensas y alejadas de las unidades a que aquéllas se aplican. Se concreta en un estado unitario y monolítico para el que las instituciones no se manifiestan, sino que se crean por él. Siendo el Derecho el lenguaje del poder, las normas de un Estado centralista se caracterizan por estas dos notas: su alumbramiento se hace en el centro o por delegación de él; son uniformes, consecuencia del unitarismo y de la planificación (v.). Historia del centralismo. Es tan viejo como la Humanidad, ya que el deseo de concentrar el poder privó en el gobernante desde antiguo. Los tiranos griegos, el Imperio romano (aunque haya de tenerse en cuenta la autonomía de que gozaban procónsules y pretores), las monarquías orientales, son claros ejemplos de ello. A veces la hipertrofia de poder en una persona se apoyó en conceptos religiosos; así, en los tiempos modernos las monarquías de derecho divino. En la Edad Media la realidad social tendía a prevalecer sobre el Estado, nombre este último que se utiliza por vía expresiva, aunque sea moderno. La fuerza vital, más que en el individuo aislado, estaba en el inmerso en la familia, gremio, municipio. Es en la Edad Moderna cuando el c. se manifiesta como expresión concreta de una ideología política de influencia marcadamente romanista. A la terminación del s. XVl se define claramente la soberanía (v.) del Estado como poder supremo y único, fuente de autoridad y de Derecho. Surge el Estado nacional con su monarquía centralizada en la que los nobles se sustituyen por letrados. Bodino (v.) y Grocio (v.), luego Hobbes (v.) en el XVII, con su Leriathan, fueron los teorizantes de esa doctrina. En el s. XVIII estas ideas se ven reforzadas por las concepciones de Rousseau (v.), para quien sólo el individuo y el Estado pueden tener derechos y las sociedades que existen o son manifestaciones de éste o viven por pura concesión del mismo.

Sistema centralista. No puede afirmarse que el c. sea exclusivo de la monarquía o de la república. Se ha dado con una u otra forma de gobierno, lo cual se explica porque afecta más bien a la constitución del Estado, al que contempla de arriba abajo, en vertical. El poder se encuentra en la cima y desde allí irradia a la sociedad. Primero el Estado lo ha avocado hacia sí y luego lo delega. Esto se llama estatismo o exageración de las facultades del Estado. Partiendo de la base de que no se admite la estructura orgánica de la sociedad y de que hay que evitar la atomización de ésta, surge la necesidad de dar cohesión, aunque sea externa y mecánica, al conjunto de individuos, lo que se logra mediante el armazón del Estado y de su Administración. A esta conclusión se llega partiendo de una visión política individualista, con lo que paradójicamente el individuo acaba viéndose sometido a un Estado fuerte que le ha absorbido su soberanía y respecto de cuya acción legisladora y ejecutiva no puede poner una limitación basada en la existencia de personalidades sociales con facultades y ámbitos propios.

regionalizacion






La regionalización cambiará el mapa político del país y nuestra manera de pensar al Perú. Proceso complejo que trasciende los incentivos presupuestarios, no puede convertirse en un mercadillo de transacciones territoriales sólo para atender las necesidades de corto plazo de algunas provincias. Lamentablemente, esta es la dirección que ha tomado, desviándose de su principal propósito -potenciar espacios territoriales sostenibles sobre bases económicas y socio-culturales – hacia objetivos sólo de caja fiscal.
La prisa gubernamental por mostrar cualquier resultado y el oportunismo político de ciertos actores regionales, deviene en un mercantilismo a escala macro-regional, donde los favores de los incentivos someten a las regiones al facilismo del poco dinero para pagar obras a inaugurar antes de las próximas elecciones.
Si las regiones no se alinean al propósito estatal, la represalia se medirá en soles menos para los presupuestos regionales. El referéndum para que el ciudadano decida “sí” o “no”, se transforma en faja de transmisión de esta presión, pues se contamina por la grosera intervención gubernamental, amparado en una costosísima y desigual campaña publicitaria con medios estatales, que pretende vender la idea de que con sólo votar por el “sí”, los desposeídos peruanos superarán su pobreza.

Autodeterminación ciudadana, desarrollo territorial con base en competitividades regionales y gobiernos limitados a todo nivel, constituyen los ejes de una descentralización liberal. La autodeterminación preserva el derecho a la libertad de elección de los individuos. La competitividad genera bases de mayor desarrollo y bienestar para ellos. Y la limitación de los gobiernos, a todos sus niveles, permite distribuir decisiones de modo más horizontal y participativo entre los individuos. Esto último es clave, de otro modo sólo se descentraliza el estatismo, lo que equivale a construir centralismos desconcentrados. La descentralización liberal se opone a la descentralización dirigista y estatista, que sustentó los fracasados y numerosos intentos desde los albores de la República. Por tanto, la descentralización liberal es la única que puede ser también la descentralización sustentable.

descentralizacion

En el Perú, el proceso de descentralización se inició luego de un consenso entre las principales fuerzas políticas, se concretó en la modificación del Capítulo sobre Descentralización de la Constitución Política en marzo de 2002. A partir de ese momento se puso en marcha un proceso de reforma orientado a mejorar los servicios que el Estado brinda a la ciudadanía y promover la existencia de mayores oportunidades en los distintos departamentos.
En el contexto actual de renovación de autoridades, es importante debatir sobre el curso de acción a seguir para que este proceso avance. Si bien muchas de las decisiones para su buena marcha recaen en el nivel nacional, las autoridades regionales y locales tienen un rol importante que cumplir para que el proceso pueda alcanzar los objetivos que persigue, en especial para que la descentralización traiga resultados y beneficios concretos para la toda la población.
Así, "Elecciones regionales y locales: la descentralización en agenda" busca aportar al debate y la formulación de propuestas de los candidatos y candidatas en las próximas elecciones regionales y locales, en el tema de descentralización y gestión pública local. En este marco, se han seleccionado las dimensiones del proceso de descentralización en que los gobiernos descentralizados tienen mayores responsabilidades y los electores especial interés. Con el objetivo de enriquecer este documento, en el análisis de la dimensión de la democratización de las decisiones públicas se contó con el apoyo de Proética.
Esperamos que esta publicación sea de utilidad para los partidos y movimientos políticos y sus candidatos en el proceso de afinamiento de sus propuestas así como para los medios de comunicación y la sociedad civil para promover el debate de los temas críticos de la descentralización
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